
El argentino terminó último en el segundo entrenamiento del viernes; la idea de la escudería es que encuentre los límites en la prueba de clasificación del sábado
MÓNACO.– Entre la primera tanda de prácticas del Gran Premio de Mónaco, la FP1, en la que Franco Colapinto dio 30 vueltas, y la FP2, Flavio Briatore salió del hospitality de Alpine —hermético al menos aquí, en el principado— y atravesó el puente mecánico que da acceso al estrecho pit lane. Lo acompañaba su hijo Nathan, de 15 años, de 1,83 metros, una estatura inusitada para su edad. Se nota que el “abuelo” Flavio (75 años) viene entrenándolo para que cumpla algún rol en el mundo de las carreras.
El italiano, asesor ejecutivo de Alpine pero hombre poderoso más allá del organigrama, se encontró con la periodista Melissa Jiménez, de la TV española, a quien conoce muy bien por su relación sentimental con Fernando Alonso. Se saludaron efusivamente y ese momento de distensión fue aprovechado por cronistas de la TV alemana para preguntarle, una vez más, qué había pasado con Jack Doohan, el australiano reemplazado por Franco Colapinto hace poco más de dos semanas. Justo el argentino andaba por el fondo del pelotón en los ensayos: había sido 19º en la FP1, y sería 20º, último, en la FP2.
No fue casual. Briatore había sido taxativo frente a Colapinto antes de comenzar la jornada: “Traé el coche intacto hoy. No queremos daños”. Así se lo contó el jefe de Alpine a una persona de su confianza.
Tras las dos sesiones de entrenamientos de este viernes, en su mejor registro Colapinto terminó 1,011 segundos detrás de su compañero, Pierre Gasly, 17º, y a 2,06 del más rápido en el circuito urbano, Charles Leclerc, piloto de Ferrari. Durante la jornada, desarrollada con buen tiempo y 37º de temperatura en la pista, los equipos prepararon sus coches para el “momento de la verdad” de este sábado, la prueba de clasificación, que comenzará a las 11, hora argentina.
Las imágenes de la TV internacional, que seguían a Franco en los últimos momentos de la FP2, señalaban claramente una actitud prudente del piloto argentino. En su memoria y en los apuntes de los dirigentes de Alpine figura el accidente en la Q1 de Imola.
En la FP1 había marcado 1m13,820s, quedando 19º, a 1,1 segundos de Gasly, que ocupó la octava posición en esa sesión. En el segundo entrenamiento, tanto en las zonas críticas como en las dos chicanas de la piscina, a pocos metros del mar, no permitió que su Alpine A525 se acercara a menos de 10 o 15 centímetros de las vallas de contención. Se notaba en las curvas que el coche no iba apoyado y exigido, como se había visto en sus vueltas en Ímola.