
De hecho, se convirtió en una de las canciones más emblemáticas de la banda donde cada uno desarrolla su estilo como cantante.David Gilmour y Roger Waters forman una de las parejas más emblemáticas del mundo del rock. A pesar de que su relación, tanto personal como musical, terminó hace años en circunstancias poco amistosas, su legado continúa intacto. A través de los discos en los que colaboraron, se puede observar la combinación creativa exitosa que lograron.En 1983, Waters abandonó la banda y el guitarrista optó por continuar utilizando el mismo nombre, lo que llevó a disputas legales, ya que el bajista prohibía al resto del grupo usar esa identidad. Este conflicto persiste y, hasta hoy, siguen enfrentados. De hecho, según la perspectiva de Gilmour, el último trabajo en conjunto fructífero fue en 1979.Mientras Waters apela a una suerte de narración cantada y por momentos susurrada, Gilmour ingresa en el estribillo para un aporte más melodioso y luego brilla con un virtuoso solo de guitarra. En cuanto a la combinación vocal de los dos, Gilmour reflexionó: «Yo tengo poblemas con la calidad de mi voz, pero no tengo mucha dificultad para mantener el tono. Por su parte, Roger no tiene problema con su calidad vocal pero sí tiene problemas para afinar«.