McLaren tiene un rival en la Fórmula 1 y no es una escudería sino un piloto: Max Verstappen logró en Miami su pole número 43 pese a que Lando Norris y Oscar Piastri eran los favoritos tras el 1-2 conseguido en la Sprint Race que más temprano había entregado un entretenido espectáculo con lluvia, choques y estrategias cuando el sol secó la pista. La pequeña corrección que hizo en el primer sector, y que le valió unas milésimas de segundo, no lo privó al tetracampeón neerlandés de lograr el mejor tiempo del fin de semana (1m26s204) porque tanto el inglés como el australiano cometieron errores en los autos papaya y terminaron en el segundo y cuarto lugar, con Kimi Antonelli -el sorprendente poleman del viernes- colándose entre ellos.
No maneja un Sauber, pero tampoco el mejor auto de la Fórmula 1; de hecho, Yuki Tsunoda, en el otro Red Bull, avanzó a la Q3 pero quedó último, incluso detrás de Esteban Ocon (Haas). Sin embargo, el reciente padre de Lily Verstappen no necesita tener el volante de un McLaren para confirmar que es el mejor piloto del mundo, el único capaz de evitar que el equipo de Zak Brown se encamine al título en un campeonato sin emociones, como aquellos que el propio MadMax y, en el pasado, Lewis Hamilton, protagonizaron con Red Bull y Mercedes, respectivamente.