
Acaso no sorprende que el más stone de los Rolling no nombre a Mick Jagger. Y más aún que ese lugar del podio no sea para Ron Wood. Far Out recorre las “hermandades” del genial guitarrista
Keith Richards revela que su «hermano del alma» no es Mick Jagger, sino el saxofonista Bobby Keys (Grosby)
La amistad entre Keith Richards y Mick Jagger fue uno de los ejes fundacionales del rock moderno. Desde sus inicios como compañeros de escuela en Dartford, hasta su reencuentro fortuito en una estación de tren —cuando uno llevaba un disco de Chuck Berry bajo el brazo y el otro lo reconoció al instante—, parecía que estaban predestinados a convertirse en leyendas conjuntas, recuerda Far Out.
Ese reencuentro fue el punto de partida de una colaboración que transformó la música popular y que, a pesar de innumerables roces personales y públicos, se mantiene viva sobre los escenarios. “Sabes que me encantaba Chuck Berry, y creía ser el único fan en kilómetros a la redonda…”, escribió Richards en una carta entusiasta a su tía al recordar ese día que definió su destino artístico.
El vínculo con Jagger: inseparable pero no absoluto
Durante décadas, Richards y Jagger compartieron el liderazgo de los Rolling Stones, y una compleja relación de amistad, rivalidad, reconciliación y necesidad mutua. Aun así, cuando se trata de hablar de conexiones emocionales profundas, Richards sorprendió al dejar fuera a su compañero histórico.
La relación entre Keith Richards y Mick Jagger: décadas de rivalidad, amistad y colaboración en la música (REUTERS)
En una conversación reciente con la revista Mojo, el guitarrista dejó claro que su definición de “hermano del alma” no recaía sobre Jagger. Aunque reconoce que la historia de los Stones no podría entenderse sin la dinámica entre ambos, Richards optó por reservar esa expresión para alguien más.
Tom Waits, un socio admirado pero no el elegido
Richards también hizo mención a Tom Waits, uno de sus colaboradores ocasionales. Con él comparte una afinidad creativa notable y un aprecio sincero. “Quiero mucho a Tom”, expresó. “Es un tipo brillante, un músico brillante”. La química entre ambos quedó reflejada en los proyectos en los que trabajaron juntos, y la admiración de Richards hacia Waits es genuina.
Sin embargo, ni la brillantez musical ni la complicidad artística fueron suficientes para situar al cantautor californiano en el nivel de intimidad que Richards reserva para una sola persona.