
Frente a una ola de inseguridad que ya no solo afecta al gobernador Kicillof, sino también a su gestión, el intendente ajusta su estrategia de comunicación en un contexto de críticas crecientes de comerciantes y vecinos.7 de octubre de 2024
La creciente inseguridad que afecta a Mar del Plata ha provocado un cambio en la estrategia comunicacional del intendente Guillermo Montenegro, luego que la presión social comenzara a golpear directamente a su gestión. En una carta pública dirigida al jefe comunal y al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, comerciantes y trabajadores de la zona centro responsabilizaron a ambos por la falta de seguridad en las calles. “Cada vez que un motochorro arrebata una cartera o un delincuente irrumpe con violencia en nuestros comercios, ambos gobiernos se hacen cómplices por omisión”, señalaron en el escrito.
La misiva, cargada de fuertes críticas, acusa a Kicillof y Montenegro de estar “paralizados” ante la inseguridad, denunciando que “desde sus despachos no ven cómo el miedo se apodera de nuestras calles”. Los firmantes, comerciantes y empleados del centro de Mar del Plata, aseguran que llevan meses esperando una reacción decidida por parte de las autoridades, pero que ya han perdido toda esperanza. “La inseguridad que vivimos es el reflejo más cruel de su inoperancia”, sentenciaron.
Este fuerte cuestionamiento público coincide con encuestas realizadas por el gobierno local, que muestran que el problema de la inseguridad, tradicionalmente asociado a la gestión provincial, ha comenzado a impactar también en la imagen del intendente. Ante esta situación, Montenegro decidió modificar su estrategia comunicacional, resaltando acciones del municipio en materia de seguridad.
En los últimos días, el intendente ha recurrido a sus redes sociales para remarcar algunos operativos de control y medidas preventivas realizadas por la comuna. “Lo frenamos en un control por circular sin chapa patente. Se puso violento, golpeó a dos inspectores y pedimos refuerzo policial. La moto ya fue secuestrada y él puesto a disposición de la justicia. No queremos más violentos en las calles de la ciudad”, publicó Montenegro, tras un operativo de control sobre motociclistas.
En otra intervención, Montenegro destacó la eficacia de las cámaras de seguridad municipales tras el secuestro de un vehículo que circulaba en contramano: “Lo vimos por las cámaras y lo perseguimos. Fue interceptado y secuestramos el auto. Un peligro menos para la seguridad vial”.
El discurso del intendente también se endureció al referirse a las personas en situación de calle que duermen en la vía pública, señalando: “No se puede ranchar en la puerta de los comercios y de los vecinos. Ellos pagan impuestos y merecen orden. Si vemos colchones tirados, se levantan porque hay lugares destinados para quienes no tienen techo”. Montenegro también advirtió que no tolerará violencia o conflictos en las puertas de los locales comerciales y hogares: “Violencia y conflicto en la puerta de los comercios y los vecinos NO”.
Este giro en la comunicación de Montenegro refleja su intento de recuperar terreno en un tema que preocupa cada vez más a los marplatenses y que amenaza con desgastar su gestión, a medida que el descontento social y las críticas hacia la falta de seguridad continúan creciendo.