
Mar del Plata atraviesa un proceso de modernización de la mano del resurgimiento de la industria inmobiliaria, a raíz del aumento exponencial del turismo joven de alto poder adquisitivo y la realización de eventos y espectáculos a lo largo de todo el año.
La ciudad tiene una identidad marcada que se ve reflejada tanto en su arquitectura como en sus espacios públicos tradicionales, pero sus edificios históricos y sus chalets aristocráticos de más de un siglo de vida sufrieron el abandono por parte de sus dueños, al punto de correr riesgos de derrumbe y, en algunos casos, fueron ocupados por okupas y se convirtieron en bunkers.
En consecuencia, la ciudad se quedó «atrapada» en el tiempo y no había grandes diferencias entre «La Feliz» de hace algunos años y aquella tan popular en los ‘80 de la mano de Olmedo y PorcelSin embargo, durante los últimos años se comenzaron a observar cambios notorios en la ciudad. El regreso del turismo joven, principalmente del segmento de mayor poder adquisitivo, motivó un crecimiento de la gastronomía y la organización de shows, espectáculos y eventos deportivos no solo durante el verano, sino a lo largo de todo el año.
De esta manera, llegaron a Mar del Plata marcas de alcance nacional e internacional en la ciudad y se radicaron industrias internacionales. Además, se instalan familias y jóvenes extranjeros para trabajar de forma remota. «Se mudaron más de 25.000 personas a la ciudad desde 2021 para trabajar de forma remota o híbrida. Hay también una gran cantidad de empresarios chinos y norteamericanos que se instalaron en las torres premium de la zona de Varese», revela Florencia Miconi, presidenta del Centro de Constructores.