
El chico que precipitó un cambio en Williams y maravilló al mundo ya incomoda a algunos rivales porque quiere quedarse en la F1 más allá del 2024.Un torbellino cambió la vida de Franco Colapinto tipeando en la pantalla táctil en su smartphone. En la descripción de redes sociales, borró el 2 para poner el número menor y combinar la frase «Piloto de Fórmula 1» como carta de presentación y con ello cruzar un umbral que no tiene vuelta atrás. Por el resto de su vida estará acompañado por la F1, como piloto o expiloto, pero lo que está en juego en estos días es la manera de continuar en el primer grupo. Principalmente, porque todos quieren tenerlo, representando una apuesta de Williams Racing al afrontar su desarrollarlo pero, al mismo tiempo, una inversión de bajo costo para los que evalúan el recambio por un «BBB» (bueno, bonito y barato) que entrega resultados deportivos, imagen positiva, frescura y todo lo que gusta en el universo paralelo de las redes sociales. Así es que, en menos de un mes, Colapinto pasó a ser el más nombrado en la F1 por sus muestras de habilidad y adaptación tanto por la vehemencia y arrojo que incomoda a los que sienten temblar sus butacas con el vendaval de las pampas.