
- El camionero anunció una ola de amparos en la Justicia y una movilización de los gremios del transporte contra los cambios en el impuesto.
- El consejo directivo de la central se reúne el jueves en medio de una renovada presión por medidas de fuerza.
La decisión del Gobierno de avanzar con la reglamentación de la reversión del impuesto a las Ganancias sancionada en la Ley Bases desconociendo el pedido de la CGT para actualizar por la inflación en piso que determina el alcance del tributo y así contener el impacto sobre los salarios, volvió a hacer ruido este lunes en la interna de la principal central sindical. Y reactivó las diferencias entre los sectores moderados de la central, que promueven la continuidad del diálogo abierto con la gestión de Javier Milei, y los grupos más combativos, que anticiparon una ola de presentaciones judiciales para frenar los cambios en Ganancias a la par que retomaron la presión por un nuevo paro contra la administración libertaria.
La reunión del consejo directivo cegetista prevista para el jueves por la tarde, donde se definirán los próximos pasos en la estrategia de la central será nuevamente caja de resonancia de la creciente tensión interna.
«No le voy a dar una mano a este Gobierno, hay que confrontarlo«, aseguró este lunes Pablo Moyano, número dos de Camioneros y miembro del triunvirato de conducción de la CGT, apenas se conoció la letra del decreto 652 con el que el Gobierno oficializó las modificaciones en Ganancias que determinan que alrededor de 800.000 trabajadores en relación de dependencia volverán a ser alcanzados por el tributo. Moyano -incluso- afirmó que «hay debate dentro del consejo directivo de la CGT», con lo que buscó renovar la amenaza de una medida de fuerza.
Exponente del espacio sindical más confrontativo con la gestión libertaria, el dirigente camionero tomó distancia de la ronda de conversaciones que los sectores moderados de la central (los «gordos» de los grandes gremios de servicios y el grupo de «independientes que componen la UOCRA, UPCN y Obras Sanitarias) iniciaron diez días atrás con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para -por un lado- reclamar que la reversión de Ganancias incluya una actualización por el IPC del último semestre y, por otro, se articule una mesa de diálogo destinada a consensuar la reglamentación del capítulo laboral contenido en La Ley Bases.
«Les dije a mis compañeros de la CGT que no iba a la reunión con Cordero porque después nos iba a cagar. Y pasó«, sostuvo Moyano, y agregó, en línea con su posición: «No sirve para nada buscar acuerdos con el Gobierno: fueron a negociar y hoy el Gobierno les reglamentó Ganancias».
«En parte Pablo tiene razón», aceptó ante este diario uno de los gremialistas que participó de la reunión con el secretario de Trabajo. Pero pese al indisimulable malestar, el grupo de los más dialoguistas insiste en la conveniencia de mantener abierto el espacio de negociación con el Gobierno «porque hay mucho más que la pelea por Ganancias en juego«, según la visión de otro de los referentes de ese sector.