
“Es muy malo, muy malo”, repetía el viernes, después de la audiencia con la cúpula del Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) en la sede local del Ministerio de Trabajo bonaerense, el secretario de Legal, Técnica y Hacienda, Mauro Martinelli. No estaba calificando a ningún dirigente gremial. Ni siquiera estaba hablando del conflicto en sí: estaba repasando, con indisimulada preocupación, el índice de cobrabilidad del municipio. La diferencia entre lo emitido y lo cobrado. Miraba en particular el número de marzo: 46%. Nueve puntos por debajo del mismo mes de 2023.
Si se repara en todo el primer trimestre, la caída interanual fue de cuatro puntos (del 54 al 50%). “Esto va cada vez peor”, se sinceraba el funcionario, de muy bajo perfil a pesar de que es un soldado clave en la batalla del intendente Guillermo Montenegro contra el sindicato municipal. Hablaba, como acostumbra a hacerlo, en términos meramente técnicos.